Mujer sentada en una cátedra, Boscoreale, Museo Metropolitan de Nueva York |
Entre los romanos, el tipo primitivo de asiento era el
taburete o el banco de cuatro patas perpendiculares y sin respaldo. El taburete
(sella) era el asiento habitual de
una persona, utilizado por hombres y mujeres cuando descansaban o trabajaban, y
también por los niños y esclavos en sus comidas.
Mujeres sentadas en banco (subsellium) |
El banco (subsellium) sólo se distinguía del taburete por
acomodar a más de una persona. Lo usaban los senadores en la curia, los jurados
en los tribunales y los niños en la escuela, así como en casas privadas. Una
forma especial de sella era la famosa silla curul (sella curulis), con patas curvas de marfil.
Mujer sentada en silla curul, Pompeya, Museo de Nápoles |
La utilizaban los altos
cargos públicos, políticos y militares. La silla curul se plegaba para
facilitar su transporte y tenía tiras de cuero en la parte superior para
soportar el cojín que formaba el asiento.
Solium, San Juan de Letrán, Roma |
La primera mejora sobre la sella fue el solium, una
silla rígida, recta, que se corresponde con el thronos griego. De respaldo
alto y sólidos brazos; parecía como cortado de un solo bloque de madera y era
tan alto que un escabel era tan necesario para subirse a él como con la cama. Había
dos tipos el scamnum y el scabellum, siendo el primero más alto
que el segundo por lo que podía servir como asiento a su vez.
Como también se empleaban materiales macizos y pesados, se
han encontrados algunos elaborados en mármol, que pertenecerían a alguna
persona importante.
Los poetas
representaban a los dioses y reyes sentados en ese tipo de asiento y se
guardaba en el atrium para uso del
patrono cuando recibía a sus clientes.
“Pues en el pasado se les
abordaba tanto en el paseo como cuando estaban en su casa, sentados en su
sillón (solium), y no solo para consultarles sobre cuestiones de derecho, sino
también sobre el casamiento de una hija, el cultivo de un campo, la compra de
una finca, en fin, sobre cualquier actividad o negocio. (Cicerón, Sobre El Orador, L.III, 133)
Afrodita y Eros, Villa Farnesina, Museo Nacional Romano |
“Venus estaba sentada en su
trono (solium) resplandeciente, arreglando su peinado.” (Claudiano,
Epitalamio de Honorio y Maria)
La cathedra era
una silla con un respaldo curvo fijado a veces con una suave
inclinación, lo más parecido a un asiento cómodo que conocían los romanos. Por
la utilización de cojines se consideraba demasiado lujosa para los hombres, por
lo que al principio sólo la utilizaban las mujeres, pero su uso acabó por
generalizarse para todos, como puede deducirse de la carta de Plinio El Joven
(II, 17,21), donde describe un gabinete con un lecho y dos sillas, en este caso
del tipo cathedra. Para este tipo de
asiento describe Plinio en su Historia Natural el uso del mimbre del sauce.
Mujer sentada en una cátedra, Museo Capitolino, Roma |
Las patas podían ser
torneadas y con adornos en metal y marfil. Las tallas en forma de garra o
cabeza eran comunes en la cultura mediterránea. En la parte que estaba en
contacto con el suelo se solía poner un pequeño cilindro o rodillo para
proteger la talla o el adorno.
“Teniendo ya encerrada tu
sexágesima cosecha y resplandeciendo tu cara, blanca por tu poblada barba,
andas sin rumbo fijo por toda la ciudad y no hay un asiento matronal (cathedra)
a donde, sin poder estarte quieto, no lleves de mañana `tus buenos días’.
(Marcial, Epi. IV, 79)
Ni el solium ni la
cathedra estaban tapizados, pero se
utilizaban cojines o cobertores con los dos igual que con los lecti y proporcionaba oportunidad para
una lujosa decoración.
El bisellium era
un asiento sin respaldo con capacidad para dos personas que solía destinarse a
los magistrados de las ciudades provinciales y para honrar a algunos
ciudadanos, como se puede ver en la inscripción de Naevolia Tyche y Gaius
Munatius Faustus:
Tumba de Gaius Munatius Faustus, Pompeya |