Casa de los Repuxos, Conimbriga, Portugal, Foto de Samuel López |
"En medio de las flores borboteaba una fuente y en torno al chorro se había construido un estanque de trazado cuadrangular. El agua era espejo de las flores y así parecía que el vergel 7 se duplicaba en uno de verdad y en otro reflejado." (Aquiles Tacio, Leucipa y Clitofonte, I, 15, 6)
Las fuentes y surtidores de los jardines se convirtieron en un elemento decorativo sustancial de las zonas privadas de las casas y villas romanas. Los ricos propietarios disfrutaban de agradables cenas en comedores al aire libre acompañados del murmullo del agua y el frescor de la vegetación, además de recrearse la vista con la ornamentación de estatuas y otros elementos arquitectónicos dispersos por el jardín.
"Fuente de mi señora, de la que Jantis, reina del lugar, presume, gloria y ornamento de una ilustre morada. Dado que tu orilla se engalana con tantos sirvientes blancos como la nieve y tus aguas relucen con un coro de Ganímedes, ¿qué hace el Alcida consagrado en ese bosque? ¿Por qué vive un dios en esa gruta tan cercana? ¿Acaso vigila los consabidos amores de las ninfas, para que tantos Hilas no sean raptados a la vez? (Marcial, Epigramas, VII, 30)
Así describía el poeta Marcial la fuente de la casa de Estela, con un ninfeo dedicado a Hércules y un grupo de estatuas rodeando el estanque.
En la Casa de la Fuente Pequeña de Pompeya, encontramos un nicho con forma de frontón cubierto de mosaico de pasta vítrea y conchas marinas. Se vierte el agua desde una máscara en el centro del nicho a un canal de mármol. Los frescos de colores brillantes de las paredes ofrecen paisajes ilusionistas de los pequeños espacios del jardín.
El acueducto Aqua Augusta, construido por Octavio, se edificó a finales del siglo I. a.C., y proporcionó un suministro ininterrumpido de agua a varias ciudades, incluida Pompeya. La llegada de una constante fuente de agua corriente en esas ciudades permitió a los residentes cultivar jardines más elaboradas. Los jardineros pudieron incluir en sus diseños, surtidores, canales, estanques y fuentes esculpidas según las estatuas griegas. Los propietarios también podían regar los huertos.
Así describía el poeta Marcial la fuente de la casa de Estela, con un ninfeo dedicado a Hércules y un grupo de estatuas rodeando el estanque.
Casa de la Fuente Pequeña, Pompeya, foto de Samuel López |
En la Casa de la Fuente Pequeña de Pompeya, encontramos un nicho con forma de frontón cubierto de mosaico de pasta vítrea y conchas marinas. Se vierte el agua desde una máscara en el centro del nicho a un canal de mármol. Los frescos de colores brillantes de las paredes ofrecen paisajes ilusionistas de los pequeños espacios del jardín.
El acueducto Aqua Augusta, construido por Octavio, se edificó a finales del siglo I. a.C., y proporcionó un suministro ininterrumpido de agua a varias ciudades, incluida Pompeya. La llegada de una constante fuente de agua corriente en esas ciudades permitió a los residentes cultivar jardines más elaboradas. Los jardineros pudieron incluir en sus diseños, surtidores, canales, estanques y fuentes esculpidas según las estatuas griegas. Los propietarios también podían regar los huertos.
Las fuentes con agua corriendo sin interrupción solo podían funcionar con el suministro del acueducto público, lo que suponía un gran gasto, y era muestra de la riqueza y extravagancia de los dueños.
"En numerosos lugares se han dispuesto asientos de mármol, que resultan tan agradables para las personas fatigadas por el paseo como el mismo aposento; pequeñas fuentes manan al pie de los asientos; a
través de todo el hipódromo pueden oírse las corrientes de agua llevadas allí por cañerías, que continúan su curso por donde las dirige la mano del hombre: ya riegan esta parte del jardín, ya aquella, a veces incluso todas a la vez." (Plinio, Epístolas, V, 6, 40)
Los primeros surtidores surgían a un nivel bajo, y su borboteo parecería el de un pequeño manantial natural. Su efecto sería mayor al poderse utilizar en las grutas cubiertas de musgo que se incluían en los jardines. Nuevas tecnologías facilitaron el uso de chorros más altos para lograr que el agua salpicara y se viesen efectos de luz.
"Enfrente, una fuente expulsa y recibe su propia agua, pues arrojada hacia lo alto vuelve a caer en la misma fuente, donde a través de una serie de aberturas se absorbe y se pierde." (Plinio, Epístolas, V, 6, 37)
Pintura Luigi Bazzani |
El acceso al agua de ríos, manantiales y cisternas se realizaba por tuberías, mediante la gravedad. Si el agua se encontraba a un nivel por debajo de la fuente, se utilizaba una noria para elevarla hasta un tanque por encima de ella. La limitación del agua disponible en una cisterna obligaba a utilizar las fuentes solo durante algunas festividades.
Pintura de Luigi Bazzani |
Las fuentes de pared solían tener forma de cabeza de león u otros animales salvajes, esculpida en piedra por cuya boca caía el agua, que se recogía en un pequeño canal. La grotesca cabeza de Sileno y otras testas inspiradas en el cortejo dionisiaco servían, con sus fauces abiertas, como boca de fuente. Las fuentes más elaboradas constaban de varias cabezas, cada una con un chorro, que iba a dar en un canalón común.
"Hacia la mitad de la galería hallamos adosada a ella y ligeramente metida hacia dentro, un ala del edificio que incluye un pequeño patio interior al que dan sombra cuatro plátanos. En medio de estos árboles una fuente de mármol rebosa siempre de agua y baña con suave riego los plátanos de alrededor y la vegetación que crece a los pies de éstos." (Plinio, Epístolas, V, 6)
Casa de Venus en la concha, Pompeya, foto Samuel López |
Las características fuentes de pila del jardín romano consistían en recipientes de piedra o mármol llenos de agua, de los que emergía un chorro bajo de agua. Las pilas, acanaladas a veces, solían tener un reborde ancho. Algunas se elevaban sobre pedestales o bases talladas. En frescos con temas de jardín, las fuentes de pila se incluían en una línea de balaustrada.
"En este dormitorio hay una pequeña fuente, y en ella una taza en
torno a la cual varios pequeños caños producen un murmullo agradabilísimo." (Plinio, Epístolas, V, 6, 23)
Las escaleras de agua eran cascadas artificiales situadas en el muro de un jardín, en las que el agua se derramaba por un tramo de escalera para terminar en un estanque debajo. La luz se reflejaba en el agua al caer y el murmullo al salpicar inundaba el jardín. Los escalones se construían de piedra o cemento cubierto de mosaico.
Fuentes de menor tamaño o talladas en mármol, eran ornamento para un patio exterior o una sala de recepción interior, como un triclinio o atrio.
"Tras la estatua de la diosa, se yergue una roca simulando una gruta con musgo, césped, hojas, ramas, así como pámpanos y arbustos, todo ello florecido en mármol. En el interior de la gruta la sombra de la estatua se ilumina con el resplandor del mármol ... y, si, inclinándote, contemplaras la fuente que, discurriendo a los pies de la diosa, se mueve en suaves ondulaciones, te daría por pensar que, colgando como están aquellos racimos de la roca, no echan de menos entre otros toques de realismo, el rasgo del movimiento." (Descripción del Atrio de Birrena, Apuleyo, Las Metamorfosis)
Pintura de Alma-Tadema |
Los estanques variaban en tamaño desde el pequeño en un patio exterior a una piscina donde disfrutar de un refrescante baño o realizar ejercicio físico. En su forma el diseño comprendía formas geométricas simples como un cuadrado o rectángulo, hasta grupos complejos de formas entrelazadas, a veces a distintos niveles y unidas por cascadas. Recesos a lo largo de su perímetro alternaban formas semicirculares y rectangulares. Proporcionaban retiros sombreados y huecos para alimentar los peces que se criaban en ella, se daba mucho valor a los reflejos de luz de sus superficies.
Canopo, Villa Adriana, Tívoli |
Se construían en cemento, y en las grandes éste se vertía sobre los pilares de madera, para conseguir mayor estabilidad. las tuberías se hacían de madera o plomo. Aunque la superficie interior a veces se pintaba de azul, en otras se utilizaban baldosas. Las más artísticas se decoraban con mosaicos geométricos o con motivos marinos. En el borde se utilizaba mármol o piedra.
Largos canales artificiales que imitaban los arroyos naturales se incluían en los jardines. El agua se hacía fluir por una cascada escalonada y caía en un canal estrecho y alargado que atravesaba el jardín. Es posible que por algún mecanismo hidráulico se consiguiese el efecto producido en el Euripus, estrecho natural en Grecia, por el que el agua fluye primero en una dirección y luego en otra, según la marea; y de ahí que así se llamasen algunos de los canales de los jardines.
El repertorio de estatuas que decoraban las fuentes y estanques incluían personajes mitológicos, como divinidades, ninfas, delfines, tritones, faunos y niños. Las que se hacían de bronce solían ser más pequeñas y podían ocultar las tuberías del mismo material.
Museos Vaticanos, foto de Samuel López |
Las náyades eran las ninfas de agua dulce protectoras de fuentes y manantiales. El dios romano de las fuentes, cascadas y pozos era Fontus, cuyo festival, Fontinalia, se celebraba el 13 de octubre en Roma. Ese día se arrojaban flores a las fuentes y se adornaban los brocales de pozos con guirnaldas.
Palas: Me han contado la historia de una fuente que Pegaso con su dura pata hizo salir de esta montaña. Las maravillas que de ella me han contado me han hecho venir hasta aquí. Como yo estaba presente cuando Pegaso nació de la sangre de Medusa, ahora quiero ver si es cierto el prodigio de la admirable fuente.
Musas: Cualquiera que sea el motivo de tu llegada, ¡oh diosa!, nos sentimos venturosas de tu presencia. Es cierto que fue Pegaso quien ha hecho brotar estas aguas de que hablas.
Condujo una de las Musas a la diosa hacia la fuente, quedándose por largo tiempo admirada. Visitó los antros y las cuevas, viéndose por todas partes gran cantidad de flores mezcladas con la hierba del prado." (Metamorfosis, V, 2)
En la literatura se describe el nacimiento de ríos, manantiales y fuentes, que también encuentran reflejo en el arte, como mosaicos y pinturas. Ovidio cuenta cómo la diosa Palas Atenea visita la fuente de Hipocrene en el párrafo anterior.
Condujo una de las Musas a la diosa hacia la fuente, quedándose por largo tiempo admirada. Visitó los antros y las cuevas, viéndose por todas partes gran cantidad de flores mezcladas con la hierba del prado." (Metamorfosis, V, 2)
En la literatura se describe el nacimiento de ríos, manantiales y fuentes, que también encuentran reflejo en el arte, como mosaicos y pinturas. Ovidio cuenta cómo la diosa Palas Atenea visita la fuente de Hipocrene en el párrafo anterior.
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